Un malentendido, un chisme o una falta de comunicación puede escalar hacia un problema mayor, afectar un ambiente de trabajo y enemistar a compañeros y compañeras.
Atender estos conatos de conflicto con prontitud, empatía y diálogo fue el objetivo de una capacitación que 18 funcionarios de todas las sedes y campus de la Universidad Nacional (UNA) recibieron por parte de la Comisión Nacional para el Mejoramiento de la Administración de Justicia (Conamaj) del Poder Judicial. La recibieron también trabajadores del sindicato de la UNA, de la Junta de Relaciones Laborales y de la propia Fiscalía.
Esta iniciativa la impulsó la Fiscalía de Investigación de Faltas Comunes y Acoso Laboral de la UNA, adscrita al Consejo Universitario. La fiscal titular Eilyn Víquez, resaltó que esta instancia se inauguró apenas el año pasado. Desde entonces y hasta la fecha, mantienen un circulante de 137 denuncias presentadas. Solo en este año, se han abierto 85 expedientes.
Esta fiscalía atiende temas relacionados con acoso laboral que ocurran dentro del centro de trabajo. Víquez detalló que “las faltas comunes se refieren a aquellas que se cometen por omisión o dolo, que incumple el reglamento interno de la Universidad, algunas son ocasionales, no tienen, a diferencia del acoso laboral, una frecuencia o una intencionalidad”, explicó.
Si bien la Fiscalía fue creada con el objetivo de atender este tipo de situaciones, Eilyn Víquez manifestó que de igual manera el reglamento les establece como parte de sus funciones apoyar en la prevención de conflictos y en la implementación de programas que persigan estos fines.
Es en ese punto donde la Fiscalía tocó las puertas de la Conamaj, para valorar una capacitación en temas de justicia restaurativa. Los círculos de paz es un programa que inició en el 2006 a lo interno del Poder Judicial, según explicó Aurelia Bolaños, funcionaria que labora para esta Comisión.
El programa consistió en una capacitación de 40 horas, con asistencia presencial y también asincrónico. La última de esas sesiones se realizó el 17 de junio en el centro de recreo del Fondo de Beneficio Social (FBS) de la UNA.
“Decidimos en su momento cómo podíamos sembrar esa semillita en otras instituciones, que no fuera solo a lo interno del Poder Judicial y partiendo del hecho de que somos una comisión interinstitucional y de los buenos resultados que ha generado el programa, es que los círculos de paz se han llevado a escuelas, dependencias ministeriales o, como en este caso, a una universidad”, manifestó Bolaños.
De acuerdo con datos proporcionados por Conamaj, desde el 2007 iniciaron con el primer curso impartido al personal judicial. Ya para el año siguiente tuvieron su primera experiencia con adultos y jóvenes de una comunidad indígena. En total, se han capacitado a 889 personas bajo este enfoque en los últimos 18 años.
El foco principal es atender las capacidades del recurso humano en las instituciones del Estado. Entonces, el objetivo es valorar el servicio público que se ofrece, el cual debe ser de calidad y eficacia, pero al mismo tiempo, debe atender situaciones internas en temas como comunicación asertiva, preparación ante los cambios, planificación estratégica o aquello que derive en estados de tensión en los entornos laborales.
Situaciones universitarias
Daniela Castro labora en la Campus Liberia. Recuerda una ocasión en que una funcionaria encargada de la limpieza trasladó un desinfectante a un sitio que estaba cerca de la salida, mientras que cargaba su salveque con sus cosas personales. Los rumores sobre si esa persona lo que estaba era sustrayendo el producto de limpieza comenzaron a esparcirse como pólvora.
La realidad terminó siendo otra completamente a la que las personas se imaginaban: la última estación de limpieza en su jornada laboral estaba ubicado cerca de la salida. Entonces, aprovechaba esa situación para llevarse su salveque para no tener que devolverse a traerlo luego de finalizar con la última limpieza. Castro destacó este hecho, que lo compartió durante la capacitación, para demostrar cómo se afectó la reputación de la persona funcionaria desde una interpretación y un rumor falso.
En el otro campus de la Sede Regional Chorotega, el de Nicoya, también se presentó una situación que implicó una molestia y se pudo encausar de manera adecuada. La funcionaria Katherine Picado relató que en una ocasión se compraron unas licuadoras para su aprovechamiento dentro de las residencias estudiantiles.
A los tres días de compradas, una estudiante quebró accidentalmente el vaso y eso generó una serie de comentarios en contra de la joven atribuyéndole el descuido. Para evitar que el problema escalara, ambas partes se sentaron a exponer cada una el punto de vista de lo que ocurrió y cómo podía resolverse. “Fue muy bonito porque dimos ese espacio para que ella también hablara. Al final llegamos a un consenso que partió de reconocer el accidente y se repusiera el vaso quebrado de la licuadora”, narró.
Temas como estos y otros, que parten de un problema menor, pueden ampliarse si no se cuentan con las herramientas de intermediación y consenso que plantean los círculos de paz.
Interponer denuncias
La fiscal titular, Eilyn Víquez manifestó que las denuncias por faltas comunes y acoso laboral pueden presentarse por dos vías: verbal, para lo que se debe acudir a la Fiscalía, ubicada detrás del auditorio Clodomiro Picado, en el campus Omar Dengo o escribir un correo a
Los seis pasos para interponer la denuncia son los siguientes:
· Identificación de la persona denunciante (excepto si es anónima)
· Identificación de la o las personas denunciadas
· Descripción detallada de los hechos (fechas, lugares, circunstancias)
· Pruebas disponibles o indicación de dónde encontrarlas
· Medio para recibir notificaciones (en caso de requerir respuestas)
· Firma del denunciante